martes, 1 de diciembre de 2009

Diesenhoffer: "Estamos a años luz de ser Frankestein, pero la creación de vida a partir de materia inerte hay que empezar a debatirla"



(Imagen: www.ferminius.es)

El gran reto de la biotecnología, entre otros de carácter científico y/o tecnológico , es desterrar el miedo social que genera, alimentado por los medios de comunicación. Así al menos lo consideran el premio Nobel Johan Diesenhoffer; el ex-ministro de Sanidad Bernat Soria; Josep Castells, Luis Antonio González (Universidad de La Laguna) y Luis Pons Puiggros-(Universidad Politécnica de Cataluña) , que -moderados por el Profesor de Periodismo Científico de la Universidad Carlos III Carlos Elias- han abierto hoy la segunda jornada del campus de Excelencia 2009.

La Biotecnología utiliza materia viva, la investiga (y modifica en su caso) para generar productos Biotecnológicos: desde combustibles no contaminantes, a alimentos más resistentes, baratos y nutritivos, o nuevas medicinas y tratamientos sanitarios.


Para Johan Diesenhoffer el siglo pasado se centró en la de-construcción de la vida para poder analizarla y saber más de ella. El XXI es la era de la construccion, la de probar que hemos profudizado en el conocimiento de la vida, y "la mayor muestra que podemos dar de que comprendemos un organismo vivo es ser capaces de construir uno. Ese es el objetivo de la biotecnología actual".


El Nobel considera, en el caso de los alimentos biotecnológicos, que no hay que tener miedo pues el hombre, desde los inicios de la agricultura, ha manipulado los cultivos optando por distintas variedades, aportando más o menos agua o abonos etc "Modificarlos genéticamente, es solo un atajo respecto a los métodos clásicos". Para este científico ante hambrunas y la posibilidad de paliarlas con cultivos resistentes, baratos y más nutritivos, el debate pierde significado.

"Estamos a años luz de la imagen de Frankestein pero la creación de vida a partir de materia inerte hay que empezar a debatirla", anadió Diesenhoffer. Este debate debe analizar cuál sería el resultado "y dónde debemos pararnos". Es algo que, a su juicio, debe ponerse ya sobre la mesa, y al tiempo es necesario que la sociedad se forme sobre ese tema. (Aquí es donde señala la importancia de que los medios de comunicación dejen de ofrecer una imagen "en la mayoría de los casos negativa" sobre esta ciencia). Amén del debate ético-científico, la formación de la sociedad y la necesidad de una política de información constructiva, este experto considera vital que se regule la actividad de las empresas del sector y se vigile que "velen por los derechos y la calidad de vida de todos, y no solo de sus accionistas".


La biotecnología ha dado una salto espectacular en poco tiempo. "Cuando empezó la aventura del genoma humano, era una empresa gigantesca. Hoy ya podemos pensar en conocer los genomas de personas individuales de forma rutinaria. El médico puede saber cómo reaccionará cada paciente a segun qué medicación. Esto posible gracias a la biotecnología. Soy optimista: tengo mucha más esperanza que temor", concluyó.



Josep Castells estableció dos tipos de retos para la biotecnología: los científicos por una parte y la aplicabilidad de los descubrimientos en forma de productos útiles por otro. "Se busca una aplicabilidad masiva en ámbitos muy diversos, para conseguir una producción sostenible en todos los sectores sin merma en la calidad de los productos.

Castells y también Bernat Soria han apostado por la regulación y la ética, pero no por el miedo. En este sentido el ex ministro de Sanidad Bernat Soria asegura que las reticencias ante los avances biosanitarios no son más que el miedo ancestral a la tecnología, a cualquier avance. "Cuando la tecnología no es mala ni buena. Lo es su uso, mal uso o abuso. Un bisturí salva vidas en manos del cirujano y las quita en manos del asesino". Los medios y la publicidad (Bernat Soria tampoco aprueba la política informativa en este campo) "hablan de lo natural como algo positivo y de lo tecnológico como negativo. Sinembargo los alimentos naturales pueden tener toxinas para lo que no tenemos antídoto. Una tecnología regulada por una ética laica y para todos ayuda a vivir mejor a todos. Puede permitirnos curar o paliar el hambre en el mundo. Hay miles de enfermedades aún sin ningún tratamiento y la biomedicina nos puede ayudar (y además es más barata)Para muchos pacientes puede ser su única posibilidad, no creo que la rechacen ni que deba serles prohibida".

Luis Pons Puiggros (Universidad Politécnica Cataluña) apostó por la integración de los avances y las disciplinas como la llave del futuro. Un químico consigue grandes avances para la medicina y un médico para la química. Los avances tecnológicos en un sector influyen en los demás. Es necesario que todos los países tengan acceso a esos avances. Por otro lado, Pons pidió "transparencia" a las empresas del sector biotecnológico y coincidió en la necesidad de que se mejore el conocimiento ciudadano sobre estos temas "porque el miedo no nos puede hacer perder la esperanza de una vida mejor para miles y millones de personas".


Luis Antonio González (Universidad de La Laguna), especialista en la aplicación de la biotecnología a la agricultura, incisió en este último aspecto. "En poco tiempo seremos capaces de diseñar vegetales para la alimentación seguros, fuertes, resistentes a plagas y plantables en zonas casi desérticas. El problema para la comercialización, en el caso Europeo, es una normativa muy estricta . El reto es convencer sobre la seguridad de estos alimentos, que pueden ser grandes aliados en la lucha contra las hambrunas (se está investigando un cereal que incorpora proteinas, avanzó, que necesita poca agua y es muy resistente a condiciones climatológicas extremas).


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